Herpes Labial ¿Qué es y por qué sucede?

Muchas personas han sido víctimas, alguna vez, de la incómoda presencia del herpes en la zona labial. A continuación, te explicaremos todo lo relacionado acerca de esta desagradable y contagiosa patología. Así, en caso de padecerla, podrás llevarla de la mejor manera posible.

El herpes tiene origen vírico y suele aparecer en zonas de la piel que se ubican cerca de los labios y zonas genitales. Menos habitualmente, aparece en zonas intraorales, oculares o entre los dedos. También puede darse escribiendo trayectos nerviosos correspondientes a los recorridos de los metámeros nerviosos.

Habitualmente, el herpes labial está producido por el virus del herpes simple tipo I y tipo II. Éste se contagia con gran facilidad, normalmente, en el caso del herpes labial, por contacto boca a boca. Otra forma de contagio es el uso de enceres utilizados previamente por personas infectadas, como pueden ser botellas de agua, barras de labios o cubiertos.

El principal signo que alerta de la presencia en nuestro organismo es la aparición de una o más ampollas pequeñas y dolorosas cercanas a la zona labial, con posible fuga del contenido. Éstas se tornan en heridas con costras al cabo de 2 a 3 días. La duración del brote suele ser variable, así como el número de repeticiones o de brotes que se puedan dar de forma anual. Suele estar precedido de una induración dolorosa de la región donde posteriormente aparecerán dichas ampollas. Algunas personas pueden experimentar fiebre o fatiga en días previos a la aparición de las vesículas. Una vez desaparecido el signo, no quiere decir que también desaparezca el virus. Éste permanece latente en los ganglios nerviosos para producir nuevos brotes en un futuro.

Sencillos consejos al respecto.

Si has tenido esta patología o estás pasando por ella, puedes tomar una serie de medidas para evitar el contagio, la reinfección o la diseminación del mismo. La mayoría de las medidas que has de tomar son de carácter higiénico preventivo, tales como:

  1. No compartir enceres, barras de labios, botellas, cubiertos, toallas…durante todo el curso del brote, dado que es altamente contagioso.

  2. No besar a nadie ni mantener relaciones sexuales. Mucho menos aquellas prácticas sexuales orales.

  3. Lavarse las manos frecuentemente y siempre después de haber estado tocando la zona afectada. Esto es debido a que si tocas una conjuntiva, genitales u otras personas puedes extender el virus.

  4. Puedes utilizar productos tópicos que faciliten la resolución de la ampolla.

  5. Puede que sea necesario que acudas a tu médico para que este te prescriba terapia farmacológica que ayude a la mejoría de los síntomas.

  6. En raras ocasiones, las heridas se sobreinfectan por colonias bacterianas, alterando su resolución. En este caso, es necesario que acudas al adecuado facultativo médico para que prescriba la terapia antibiótica adecuada.

  7. Es necesario que acudas al médico si presentas un brote amplio o si tienes inmunodeficiencia, para que el facultativo realice el adecuado manejo de la situación.

De momento, no existe una cura definitiva para virus del herpes, tan solo hay antivirales que contienen aciclovir, lo cual ayuda a combatir los síntomas.

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